A pesar que de que la lectura y escritura se han convertido en elementos de mayor importancia en los procesos de enseñanza y aprendizaje debido a la riqueza de conocimientos y habilidades que de ellas se pueden generar, se escucha una constante y generalizada queja: “los estudiantes no saben y no les gusta leer”; el conocimiento de las convenciones alfabéticas y ortográficas propias de nuestra lengua escrita, implica también la coordinación de las ideas de un tema, su desarrollo y presentación, la selección de las palabras apropiadas para expresarse con coherencia en la creación de un texto adecuado, o sea, escribir con significado es entonces una tarea difícil que aún los docentes no hemos llegado a desarrollar cabalmente. En las instituciones escolares generalmente se ha trabajado la lectura y escritura alejado de la cotidianidad de los estudiantes, de su realidad del entorno y de su época.
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